lunes, 28 de julio de 2014

TRABAJO INTERIOR TAMBIÉN EN VACACIONES


Me gustaría compartir con vosotros mis vivencias personales de estas vacaciones, la experiencia de esta nueva aventura.

Las vacaciones son sinónimo de desconexión, de tranquilidad, calma... y aunque también he disfrutado de esos momentos, también es sinónimo de aventura, nuevas experiencias y poder ver mis limitaciones y control emocional ante distintas situaciones.Todo ello compensado por el lugar, el ambiente, la compañía, las actividades, la naturaleza, personas.. y todo lo aprendido.

El marco ha sido la navegación en velero, el "Ixnoc", y una alta travesía (para mi) de más de 300 millas sin parada en tierra y sin avistamiento de ella.

El Señor de los Vientos, Eolo, nos recogió en sus brazos y hizo posible nuestra navegación a vela; aunque algunas veces su soplo fuese tan intenso que ese exceso de viento hiciese entrecortar mi respiración. Con él aprendí a ser capaz de utilizar mi control ante una situación no demasiado grata para mi, a aceptarla, sobrellevarla y confiar.


Neptuno, el Morador del Mar, el que gobierna todas las aguas y mares, nos permitió cabalgar sobre sus olas, ofreciéndonos aguas tranquilas y pacíficas; aunque en alguna ocasión la agitación que producía con su poderoso tridente hizo brotar un mar inestable, provocado seguramente por la soberanía del Señor de los Vientos.

Y ahí, ante la efervescencia que producía Neptuno, pude ver la exaltación de mi corazón, pude ver mi miedo, , cara a cara, y plantarle frente, aceptar la situación y a mis miedos, y confiar.

He visto mi pequeñez ante mis sentimientos de miedo, me he sentido temblar; he visto y sentido mi fragilidad ante sentimientos tan fuertes. Aunque también todo ello me permitió saborear la capacidad de control, de superación, de confianza en mi y en las circunstancias.

Y todo ello envueltos en la mayor parte del tiempo por el Sol y su luz divina, y por la Madre Tierra y su calidez, que nos ha permitido conocer una pequeña parte más de su cuerpo, de su naturaleza, de sus gentes,...

También fuimos acompañados por Selene, la Diosa Luna, majestuosa con su manto de estrellas, alumbraban nuestras noches y nuestro camino hacia los brazos de Morfeo que nos ofreció lindos sueños.

Doy gracias a todo ello por enseñarme, guiarme y ayudarme a crecer.
Doy gracias especialmente al "Lune de Miel", Alex, Mila y Troc; por su compañía, simpatía, por compartir con nosotros esta experiencia, por su paciencia y entrega, como navegantes expertos.


Y no me quiero olvidar de mi "capi", al pie del cañón, con ímpetu, entereza, seguridad, exigencia... que me han ayudado a creer más en mi, a confiar, en él y en mi.

Y a mis valientes mascotas que (sin ningún poder de decisión) han compartido todos nuestro momentos con plena confianza y amor hacia nosotros. Xiviru & Shadow.


Quiero concluir con una evidencia que seguro todos tenemos presentes a estas alturas: el trabajo interior, nuestra evolución en el camino ¡no cierra por vacaciones!


PD: Quiero aclarar que no creáis que he estado en peligro en ningún momento; os transcribo una vivencia desde mi perspectiva de escaso nivel en navegación de altura, en la que destacar que el trabajo interior, nuestras herramientas, están ahí para sernos útiles.


2 comentarios:

  1. MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TAN HERMOSA Y REFLEXIVA EXPERIENCIA....CUAN SABIAS PALABRAS EN ESA FRASE: "NUESTRA EVOLUCIÓN EN EL CAMINO NO CIERRA POR VACACIONES"

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    1. De nada, mi mayor objetivo es compartir para poder servir en algo a quien lo lea. Gracias por tomar tu tiempo en contestar. Un saludo :)

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