miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL ANCIANO, EL NIÑO Y EL BURRO




Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro. Caminaban al lado del jumento cuando atravesaban un pueblo. Un grupo de niños se rió de ellos gritando: 


- ¡Mirad qué par de tontos! De manera que tienen un burro y van los dos andando. Por lo menos el viejo podría subirse a él.

 Entonces el anciano se subió al burro y ambos siguieron la marcha. Al pasar otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron: 


- Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el pobre niño caminando.

 Viejo y niño intercambiaron sus puestos. Al llegar a la siguiente aldea, la gente comentó: 


- ¡Esto sí que es intolerable! El muchacho sentado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 

Puestas así las cosas, el viejo y el niño se subieron al burro. Poco después venían un grupo de campesinos por el camino. Les vieron y les dijeron: 


- ¡Es vergonzoso lo que hacéis! Vais a reventar al pobre animal. 

El viejo y el niño tomaron la determinación de cargar al burro sobre sus hombros, pero entonces la gente se mofó de ellos diciéndoles: 


- Nunca vimos una gente tan boba. Tienen un burro y en lugar de montarlo, lo llevan a cuestas. 

De repente el burro se revolvió con fuerza y se desplomó a un barranco, hallando la muerte. El viejo, súbitamente, instruyó al muchacho: 


- Querido mío, si escuchas las opiniones de los demás y les haces caso, acabarás más muerto que este burro. ¿Sabes lo que te digo? Cierra tus oídos a la opinión ajena. Que lo que los demás dicen te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón. 





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