Reir es arriesgarse a parecer tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.
Mostrar los sentimientos propios es arriesgarse a mostrarse uno mismo.
Exponer tus ideas o tus sueños, es arriesgarte a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperanzas es arriesgarse a perderlas.
Lanzarte es arriesgarte a fallar.
El más grande de los peligros de la vida es no arriesgarse.
Si no te arriesgas no haces nada, no tienes nada.
Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no vas a aprender, a sentir, a cambiar, a crecer, a amar ni a vivir.
Si no arriesgas eres prisionero de tus temores, esclavo que renuncias a tu libertad.
¡Si arriesgas te haces libre!
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